Desde 2018, Libélo, el servicio de bicicletas compartidas de Valence Romans Mobilités, ha experimentado múltiples transformaciones. Gestionado por Citéa, el operador local de movilidad dirigido por Transdev Valence Mobilité, el servicio se ha convertido en un elemento clave del paisaje urbano.
Nicolas Morel, responsable del área de bicicletas en Citéa, repasa la evolución de Libélo, su colaboración con Connected Cycle y su ambición de ofrecer un servicio cada vez más fiable, seguro y eficaz.
Antes de 2018, el servicio de bicicletas compartidas era aún incipiente. «Teníamos un sistema de bicicletas compartidas que apenas sobrevivía», resume Nicolas Morel. Pero en octubre de 2018 todo cambió: se lanzó una nueva versión del servicio, con una red más densa, una flota ampliada, bicicletas con asistencia eléctrica y la integración de la solución canadiense PBSC para estaciones y bicicletas.
Es también en ese momento cuando comienza la colaboración con Connected Cycle. «Desde 2018 empezamos a instalar los primeros rastreadores en nuestras bicicletas». La solución de geolocalización se aplicó a las bicicletas eléctricas, aportando un valor añadido inmediato en la gestión de la flota y la seguridad del equipo.
El territorio cubierto por Libélo se extiende sobre gran parte del área metropolitana, con dos polos principales: Valence y Romans-sur-Isère. La red de estaciones se despliega incluso en municipios vecinos y llega hasta la estación TGV situada a medio camino. «Tenemos 13 estaciones en Romans-sur-Isère, dos en la estación TGV y el resto en Valence», explica Morel.
Con una población total de 260.000 habitantes, de los cuales 120.000 en torno a Valence, la demanda es real. En 2024, Libélo superó los 200.000 alquileres anuales, con una duración media de 10 a 12 minutos para las bicicletas mecánicas y de 16 a 17 minutos para las eléctricas.
Libélo optó por equipar solo sus bicicletas eléctricas con rastreadores de Connected Cycle, y no por casualidad. Estas bicicletas suponen una inversión más elevada, y su seguimiento es esencial para garantizar su disponibilidad y proteger el patrimonio de la colectividad.
«La necesidad principal, que sigue vigente, es localizar bicicletas robadas o perdidas», explica Morel. «Y la verdad, funciona muy, muy bien. Hemos tenido muy pocas bicicletas realmente robadas o perdidas desde 2018; se pueden contar con los dedos de las manos.»
Cada semana, varias bicicletas deben localizarse de forma precisa, ya sea porque no fueron devueltas a una estación o porque un fallo impide su detección por el sistema central. Gracias a la plataforma de gestión de flotas de Connected Cycle, los técnicos pueden encontrarlas en unos pocos clics.
«Cuando la plataforma indica que una bici está en un lugar, realmente está ahí. No hace falta buscar durante una hora.»
Esta precisión ahorra tiempo, optimiza las operaciones de mantenimiento y refuerza la seguridad del servicio. También tiene un efecto disuasorio: «Los usuarios saben que las bicis están geolocalizadas. Por eso no se arriesgan a hacer cualquier cosa con ellas».
La plataforma también permite verificar los trayectos realizados, algo muy útil en caso de reclamaciones. «Cuando un cliente dice que tuvo un problema con una estación o que no pudo enganchar la bici, podemos ver exactamente qué hizo en la interfaz de Connected Cycle». Esto permite resolver conflictos de forma objetiva.
El equipo que gestiona las bicicletas en Citéa es polivalente: está compuesto por cuatro técnicos y un coordinador que se encargan tanto de los aparcamientos de bicicletas como del alquiler de larga duración (VLD) y del sistema de bicicletas compartidas (VLS). Para esta última actividad, la geolocalización es un apoyo constante.
«Hacen todas las tareas, incluidas las relacionadas con el VLS: redistribución, mantenimiento y recuperación de bicicletas fuera de estación». La solución de Connected Cycle se ha convertido en una herramienta diaria para estos equipos, que les ofrece autonomía y capacidad de reacción.
En 2025, Libélo dio un paso más con una importante fase de expansión. «Añadimos 75 bicicletas, 50 de ellas eléctricas, equipadas con los nuevos rastreadores GPS cc521 de Connected Cycle, que incorporan un chip 4G», precisa Morel. Los modelos antiguos con tecnología 2G, instalados en 2018, se están reemplazando progresivamente.
Este desarrollo se vincula directamente con la renovación del contrato de operación firmado en el verano de 2024 entre Transdev y Valence Romans Mobilités. El nuevo contrato, que se extiende hasta 2030, prevé un refuerzo de la cobertura territorial. «El objetivo era ofrecer un servicio aún más atractivo para los usuarios y captar más clientela, especialmente en las zonas menos bien servidas».
La decisión de integrar una mayor proporción de bicicletas eléctricas en esta nueva fase también responde a las expectativas de los usuarios. «La bicicleta eléctrica permite recorrer distancias más largas y con mayor rapidez, y atrae a públicos que dudan en usar bicicletas convencionales, sobre todo en una ciudad con desniveles».
El uso del servicio sigue una lógica estacional clara. «Los picos de uso van de abril a finales de junio, y luego de septiembre a finales de octubre. En verano, Valence se vacía, así que disminuyen los trayectos laborales».
La multimodalidad también desempeña un papel creciente: muchos usuarios combinan bicicleta y tren, o bicicleta y autobús, en sus desplazamientos diarios. Las estaciones situadas en la estación TGV responden a estas nuevas necesidades.
Libélo ilustra perfectamente la evolución de la movilidad suave en las ciudades medianas francesas. Con herramientas eficaces como la solución de geolocalización de Connected Cycle, el servicio ofrece un nivel de calidad comparable al de las grandes metrópolis.
«Es realmente una herramienta muy útil para nosotros», concluye Morel. En un momento en que las autoridades buscan soluciones de transporte sostenibles, flexibles y conectadas, el ejemplo de Libélo demuestra que un servicio bien diseñado y equipado puede transformar la movilidad de todo un territorio.